Yoga para ciclistas, puede que te suene de lo más extraño, pero te aseguramos que su práctica te será de lo más beneficiosa para completar una excelente forma física.
Que un ciclista esté en buena forma depende de cómo se cuide por dentro y por fuera. ¡Sí! La alimentación, comer bien e hidratarse hacen que un deportista de dos ruedas a pedales esté en buena condición física.
Además de esto, practicar otro tipo de ejercicio físico o deporte puede ayudar a conseguir una condición física excelente. Puedes realizar entrenamiento de fuerza o bien otras disciplinas donde además mejorarás tu movilidad.
No hay que olvidar que el movimiento y la postura fija del ciclista pueden provocar rigidez y tensión que se pueden combatir, si se quiere, con un poco de yoga.
Seguro que te estarás preguntando el motivo por el que recomendamos yoga, ¡tranquil@!, te lo aclaramos.
Ten presente que esta disciplina favorece la flexibilidad, el equilibrio, el fortalecimiento del cuerpo y es una forma de relajación después de un día de trabajo y pedaleo.
Toma nota porque te explicamos algunas posturas que te vendrán muy bien.
El perro boca abajo.
Con esta postura podrás estirar los músculos de la espalda y los isquiotibiales. Consiste en, sobre el suelo, apoyar las manos y las rodillas y levantar las caderas formando así una “V” invertida.
Entonces se aprietan las palmas de las manos contra el suelo teniendo la espalda aplanada. Si fuese necesario puedes doblar las rodillas.
El gato.
Una de las posturas más conocidas del yoga en la que conseguirás estirar la columna y aliviar la tensión producida al pedalear. Sólo tienes que ponerte a cuatro patas apoyado sobre tus rodillas. Es súper importante la respiración: inspira levantando la cabeza y los isquiones hacia el techo, mientras tanto el estómago debe dirigirse hacia el suelo formando así un arco cóncavo con la espalda.
Después tendrás que espirar y formar un arco convexo metiendo el estómago e inclinando la cabeza hacia el suelo.
Bebé feliz.
Esta postura es ideal después de un largo y tedioso trayecto ya que desentumece los tensos flexores de la cadera.
Muy fácil de conseguir: túmbate boca arriba y acerca las rodillas al pecho. Sujeta la parte externa de cada pie y separa las rodillas a una distancia un poquito más ancha que el torso. Baja las rodillas a la altura de las axilas. Es el momento de apretar con cuidado los pies en las manos a la misma vez que utilizas las extremidades superiores para tirar hacia abajo y crear cierta resistencia.
Estos son sólo algunas posturas que te ayudarán a sentirte bien. ¡¡Practícalas y nos cuentas!!