En esta nueva entrada del blog vamos a comentar las principales diferencias entre suspensiones de aire y suspensiones de muelle, ya que últimamente sois muchos los que contactáis con nosotros para preguntarnos cuál podéis montar en vuestras bicicletas.
Diferencias principales
La principal diferencia entre ambas es el peso: las de muelle han avanzado mucho en este aspecto con muelles muy ligeros, pero un amortiguador de aire sigue siendo a día de hoy mucho más ligero que otro de muelle por lo que si lo tuyo es el xc y sus vertientes o simplemente tienes mucho en cuenta el peso, debes descartar los soportes de muelle.
Hoy en día, los amortiguadores de aire para cualquier disciplina han sufrido avances en sus regulaciones o “vías” que hasta hace unos años solo era posible encontrar en amortiguadores de muelle destinados a enduro o descenso. Un ejemplo de ello eran las versiones de aire y muelle de Progressive Suspensions con sus “5th element air o coil”.
La versión de aire solo disponía de regulación de extensión y precarga, mientras que la de muelle disponía de regulaciones de alta y baja para compresión y rebote, además de progresividad y por supuesto precarga cambiar el resorte por otro de mayor o menor resistencia.
Tecnología avanzada
Hoy en día y sin ir más lejos, los nuevos Rockshox Superdeluxe Ultimate Air son un ejemplo de ello. Hace unos 15 o 20 años, se pensaba que dichas regulaciones de alta y baja velocidad para compresión y extensión o incluso la progresividad eran solo necesarias para las bicis de descenso y que para el xc o maratón con poder regular la precarga del soporte de aire y la extensión era suficiente. Pero gracias a la evolución de las bicicletas, todo esto ha quedado en el recuerdo y en este apartado damos un empate a los amortiguadores de aire y a los de muelle.
Progresividad, la clave principal
Otra de las principales características de los amortiguadores y horquillas que hoy comparamos, es la progresividad o linealidad que aportan al sistema general de la bici. El aire, a medida que se comprime, muestra una curva de progresividad que va aumentando, mientras que el muelle, que tiene una constante elástica invariable desde el principio al final de su recorrido, aporta linealidad al sistema.
Es decir, si queremos que nuestra bici tenga un comportamiento distinto al principio del recorrido y al final tenemos que usar un soporte de aire. Por el contrario, si nunca o casi nunca conseguimos acabar el recorrido de nuestra suspensión, debemos usar un soporte de muelle con una constante determinada y calculada a tal fin. Esto casi siempre es así, aunque como puedes imaginar existentes configuraciones de las cámaras de aire y muelle lineales o progresivos, pero esto lo dejaremos para otra entrada de blog.
Sensibilidad, la clave para un control absoluto
El tacto o sensibilidad es mucho mejor en un amortiguador de muelle que en uno de aire, ya que en el de aire intervienen factores de rozamiento y mantenimiento que no tenemos en los de muelle tales como guardapolvos contra barras y juntas de goma contra paredes internas del amortiguador (de ahí la importancia de los mantenimientos y lubricaciones). Todo esto, como os he comentado anteriormente, tiene sus configuraciones opcionales posibles para poder hacer que la sensibilidad de un soporte de muelle mejore, pero lo haré en otro texto.
Variación del comportamiento por altitud o aumento de la temperatura de trabajo. Como bien sabemos, cualquier sólido, fluido o gas al calentarse experimenta un incremento en su volumen y el caso que hoy nos preocupa no iba a ser menos. El aceite que circula por el “damper” o circuito hidráulico experimenta un incremento de temperatura durante una larga bajada por el rozamiento interno, pero esto no afecta prácticamente a las regulaciones o a las prestaciones del amortiguador, ya que las regulaciones del damper consisten únicamente en apertura o cierre de orificios o pasos del aceite para configurar la velocidad de paso por ella (compresion y extension). Un muelle aunque se caliente no va a sufrir ningún cambio en su comportamiento, pero… el aire al calentarse sí que va a experimentar un pequeño aumento de volumen que aunque nosotros no vamos a apreciar sí que va a hacer cambiar la curva de progresividad de nuestras suspensiones de manera infinitesimal debido al pequeño volumen en amortiguadores traseros o en algunos casos con gran volumen de aire como en horquillas de descenso o enduro extremo puede llegarse a apreciar.
SAG, la eterna duda
Otro gran aspecto a tener en cuenta y básico, sin lugar a dudas, es el setting inicial SAG o vencimiento de la precarga. En un sistema de aire la calcularemos de forma rápida y económica añadiendo o quitando aire a nuestro amortiguador, mientras que un sistema de muelle tendremos que montar y desmontar de la bicicleta para ensamblar un resorte de mayor o menor resistencia.
Dicho esto, y a la espera de una nueva entrada con esas configuraciones intermedias de cada unos de los dos sistemas, espero haber aclarado o añadido algo de luz a vuestras dudas